(A.A.R.)
Homenajear a John Cage en el concierto de clausura de AlNorte 2012 ha sido tan imprevisto como lógico. No en vano, la reflexión, la alternancia de lo lúdico y lo lúcido, el sabor del silencio bien entendido, el estudio, la ironía, la pasión, la revelación y el misterio son los valores que han hecho posible la existencia de una música contemporánea y, por tanto, de un arte contemporáneo que, lejos del elitismo absurdo o el populismo, apuesta por lo bien hecho sin caer en la charlatanería.
Rematar el primer año de la segunda década de AlNorte no ha sido una tarea fácil. En primer lugar, porque estamos en crisis. En segundo lugar, porque el público está desencantado. Y por último, porque hay frío, mucho frío y humedad, en los cortos días alnorteños.
La solución era, pues, evidente. Mantener el tipo, la energía, el entusiasmo. En primer lugar, porque el arte siempre ha estado en crisis, y estos desmanes no nos pillan desprevenidos. En segundo lugar, porque estas actividades ilusionan a la gente que sabe mirar, dialogar, compartir y conocer; aprendiendo siempre. Y por último, porque cuando hace frío, los oricios están mucho más ricos.
En este AlNorte 2012 hemos combatido la escasez presupuestaria con nuevas ideas. Los debates sobre arquitectura se fijaron en los jóvenes que atienden la acción ciudadana antes que el bolsillo. Después, las mesas de debate atendieron la gestión cultural, las políticas locales, los problemas cotidianos y el constante contraste de opiniones. Se creó, finalmente, un grupo de trabajo para plantear una asamblea de arte Alnorte con periodicidad anual, capaz de hacer pensar.
Las nuevas secciones temáticas, como ‘Open Lands’, demostraron que las actuaciones absurdas y los tiempos de bonanza económica se terminaron. Descubrimos auténticos desastres urbanísticos, fondos mineros desaprovechados, desfalcos, tonterías varias. Y hemos creado una red social para denunciar, de aquí en adelante, cada uno de estos casos.
Las miradas infantiles, la risa, la honestidad y el juego habitan estos lugares alnorteños, estos espacios hacia donde apuntan las brújulas. Hemos pasado buenos momentos, tan intensos como el concierto de clausura de ayer, conscientes de que sólo desde la independencia, la libertad y la fe en los valores humanos es posible convencer a los escépticos.
Y ahora entraremos en la segunda edición de la segunda década de esta Semana de Arte Contemporáneo de Asturias. Y aquí seguimos, sin prisa, pero sin pausa. Y os estamos vigilando…